Generalmente los constructores dejan de lado la limpieza de fin de obra, obligando a los propietarios del espacio a contratar un servicio de limpieza final de obra que se encargue de llevar a cabo aquellas tareas elementales para eliminar toda la suciedad, polvo, excesos y que el nuevo espacio quede habitable.
En pocas palabras, la limpieza de fin de obra tiene como principal objetivo eliminar por completo toda la suciedad acumulada en el tiempo total de una construcción.
A diferencia del servicio de limpieza tradicional, este suele ser más complejo debido a que la suciedad se presenta en enormes cantidades y la dificultad para eliminarla por completo es mayor. Es necesario usar productos específicos que disuelvan todos los restos de la obra sin dañar las superficies.
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