Estos meses de invierno traen consigo, inevitablemente, lluvias y mal tiempo. Estas condiciones climáticas hacen que, inevitablemente, las ventanas de nuestra oficina no luzcan igual que en verano, por ejemplo.
Por eso es importante tener en cuenta estos consejos:
- Evitamos el deterioro. Aunque no lo parezca, la lluvia ayuda a que la suciedad se adhiera a las ventanas y, si no las limpiamos durante un tiempo, el deterioro de los cristales y el marco será visible. El agua de la lluvia no ayuda a mantener limpias nuestras ventanas, por eso tenemos que hacerlo nosotros.
- Cuidamos de nuestro personal. Parece una tontería, pero no lo es. Mantener unas ventanas limpias ayuda a que nuestros trabajadores se sientan cuidados y atendidos, puesto que ven que su lugar de trabajo tiene un mantenimiento y una limpieza adecuados y constantes, de lo contrario estaríamos creando una sensación de abandono muy negativa.
- Mejoramos la imagen. Aunque sea inconscientemente, todos nos fijamos en la limpieza de los sitios que visitamos. Si entráramos en una oficina y vemos unas ventanas completamente sucias o deterioradas, la imagen que nos haríamos del negocio sería negativa, por eso mismo si ofrecemos una imagen contraria, limpia e impoluta, cualquier persona, cliente o no, que entre, se llevará una buena impresión.
- Ayudamos a la salud. A todos nos ayuda trabajar sintiendo los rayos del sol, en mayor o menor medida, cerca nuestra. Además de mejorar nuestro estado de ánimo, estaremos contribuyendo a la recepción de vitamina D, tan necesaria para todos, lo cual redundará en un ambiente de trabajo positivo.
¡Contamos con ustedes! ¡Cuenten con nosotros!